viernes, 15 de abril de 2011

Gatillazo

Me pongo y no me sale nada. Tengo la idea en mente, tengo el suceso, la anécdota. Tengo hasta la reflexión y la puerta a la verdad tras la apariencia. Tengo la conclusión. Pero no puedo. Estos días me he puesto varias veces a escribir una nueva entrada y no he pasado del título. No me molesta demasiado. Si el blog se queda sin entradas durante unos días o hasta semanas no es lo que más me preocupa. Sin embargo resulta molesto tener ese muro delante y no poder dejar fluir lo que, por otro lado, tenía completamente desarrollado. Pero nada, a la hora de la verdad nada. El propio deseo bloquea la puerta hacia su satisfacción. Paradójico.

Me consuelo con algún comentario en la cafetería con la gente de la oficina. Pero no es lo mismo. Ellos ríen y me dan la razón más por seguidismo que por convicción. Tanto hombres como mujeres. Sólo Aurelia se atreve a contradecirme, incluso desata su indignación cuando fuerzo la máquina. Es curioso ver como sus compañeros la dejan sola. Son una panda de perros salvajes. Alguno incluso se atreve a defender mis argumentos, con más vehemencia incluso. Imbécil. No daré nombres, claro. Bastantes evidencias doy ya. Eso sí, después de las fiestas conocerán a uno en las oficinas de desempleo. Estoy cansado ya de su falsa lealtad. Además hace tiempo que esta oficina necesita un golpe de efecto. Y siempre me gustaron los procesos de selección.

Vaya, parece que el bloqueo pasó. Supongo que aún no estaba listo para sacar a la luz esos borradores. Tal vez sea mejor centrarme en las cosas del día a día. Bueno, llamaré al personal y bajaremos a tomar un café. A ver quién es el primero en dejar tirada a Aurelia. Sí, estoy pensando en despedir a dos empleados.

4 comentarios:

Edwin dijo...

Debe usted esperar y avanzar; esperanzar...

¿Eso puede que sea de control machete?

No desespere, acá no lo hacemos y vivimos como yamas... en lo alto... sin apenas capacidad pulmonar y mascamos la buena hoja de coca, que acá nos hace falta... me vuelvo a la cantera.

Rebeca Goyri dijo...

Por primera vez estamos de acuerdo. El cabrón que deje tirada a Aurelia se merece una buena patada y a la calle. Me estomaga la falsa lealtad.

Blanca dijo...

Una cabeza demasiado cargada de ideas puede bloquearse como una máquina muy revolucionada.

Te comprendo perfectamente y cuida a Aurelia que es la que se atreve a decirte la verdad.

Saludos.

no-Faustino dijo...

Gracias por los comentarios. Como veréis he tenido unos días movidos y ahora no tengo muchas ganas de jarana. Pero ya volveré en plena forma.